Dicen que dicen que la poesía no está en el decir, sino en lo que no dice. Se vuelve y desenvuelve la poesía, entonces, a partir del silencio y no de la palabra, aunque el silencio es palabra, acaso la más difícil de oír porque es la que más dice. Es como si en el papel hablara más el blanco que la letra… Es como si en el diálogo bastase más el gesto o la mirada que lo dicho… Es como si el temblor de una hoja ya fuera una desmesura del lenguaje… ¿Avidez de qué, entonces, si no Avidez del silencio para que la palabra hable? (…) – Si se pudiera pedir el sol como se pide un café– dice Dafne. Y el sol estalla entre las manos…
Alberto Szpunberg