Décimas féminas: versos criollos en clave feminista, de Nayla Beltrán
disco: Décimas féminas, de Nayla Beltrán
Este es un libro de décimas populares feministas. Muchas de ellas han sido musicalizadas y en sus coplas desobedientes, Nayla Beltrán nos invita a que pensemos qué feminismo queremos traer a la vida, que la lucha sea gozosa y llena de cantos.
Dice Susy Shock: “Suponer que nuestra música popular, y especialmente nuestro folklore, carecen de discursos intencionales a favor de una idea de patria, con sus correlatos ligados a una parte sesgada de la historia y una posición de primacía de lo hombre blanco hegemónico por sobre lo originario, y de lo hetero huinca patriarcal por sobre esa inmensa diversidad que la cosmovisión originaria misma trae y reconoce, es desconocer la intención política cultural en la que se han basado todas las construcciones de la idea de Nación, y en esa Nación, sabemos, no entran negrxs, ni mujeres, ni otros géneros, ni ninguna disidencia. Nada bárbaro, al decir de un Sarmiento que primereó en estas pampas con sus discursos y pensamientos racistas y xenófobos y misóginos, a quién correspondía tener sentido de dignidad y a quién no, quién era válido y quién no. Por eso es muy importante que sea una cantautora, una compositora, una música, una mujer, la creadora de estas décimas que aquí estamos acompañando, entendiendo que es La décima una de las formas estróficas de mayor arraigo y gran distribución en toda Latinoamérica, en la poesía popular y rural, sobre todo, y es allí donde se encuentra otro de los campos de batallas en esa deconstrucción de sentidos naturalizados que permita asomar por fin lo invisibilizado, lo postergado, lo intencionalmente silenciado.”
Infancias libres, cuerpos desobedientes
(inspiradas en el libro de ACIL, Asociación Civil Infancias libres)Queremos libres infancias,
libres y desobedientes,
que revolucionen mentes,
que incendien las mentes rancias.
Son libres las militancias
de los cuerpos que incomodan
y al incomodar los podan
con tijeras de violencias
pues se niegan diferencias
que al uso no se acomodan.
Al uso capitalista
que es hetero normativo,
binario, cis, expulsivo
y de cultura dualista.
El culto falocentrista
descarta el acto de amar,
de amar sin tanto juzgar,
de amar aunque no entendamos,
de amar a quien señalamos
y dejar de señalar
El culto biologicista
y las normas culturales
insisten en ser “normales”
¿normal no era ser machista?
Desconfiando de la vista
de patriarcas bautizados
queremos cuerpos nombrados
que expresen su libertad,
que respiren igualdad
y que crezcan abrazados.